martes, 3 de marzo de 2015

Un mundo por descubrir (primera parte)

Un mundo por descubrir (primera parte)

Nací en una estantería,
en una casa a dos calles de una ría.

En un viejo mueble nací,
crecí y crecí.
Era una casa antigua
desde hace tiempo abandonada,
nunca se oía ni se hacía nada.
Pero llegó un día en que eso cambió,
porque de repente... ¡Alguien entró!

Dos hombres entraron,
y a casi todas de allí nos desterraron.
A todas las motas de polvo
que estábamos tan tranquilas,
nos echaron de allí en seguida.

Yo resistí, y me pregunté
por qué no dejaban nada a sus alrededores.
Entonces me enteré,
que eran vendedores.
Se disponían a el piso vender
y por eso empezaban a recoger.

Yo me negué a irme unos días,
porque si me marchaba.
¿qué pasaría?
Prefería quedarme 
con lo que ya conocía.
No era gran cosa,
pero al menos no me arriesgaría.

Pero daba igual lo que yo pensara,
porque un día llegó el plumero, 
el que todo lo arrasaba.
Me empujó a la ventana 
de mala manera,
obligándome a empezar 
una vida nueva.


¿Pero qué me ocurriría?
Todo era tan nuevo todavía...

Al principio noté una agradable sensación,
flotaba en el aire como el canto de un gorrión.
Veía campos, personas, pueblos, montañas.

Primera parada: La playa

Me sentía muy tranquila, muy relajada,
escuché el sonido de las olas... ¡Estaba en la playa!
Veía niñ@s en la arena jugando,
l@s veía tomando helados, bañándose, disfrutando...
Tomé una corriente y fui a parar,
al peor sitio para una mota de polvo, el mar.

La próxima semana, continuará... 

Poesía escrita por Sheila Ozuo-omen